¿CUÁL ES TU DOLOR?

¿Cuál es tu dolor?

En una tranquila tarde de sábado, estaba en casa con mi esposa haciendo algunas tareas domésticas. Ella limpiaba las manchas de pintura de la pared y yo pintaba una mesa con barniz. Pintaba de un lado y otro. Necesitaba dar vuelta a la mesa y pedí ayuda. Mi esposa se acercó y se acurrucó en un banco que aterrizó con fuerza en su pie. Pude escuchar un grito de dolor y luego:

– La c… de la lora… siguió un cántico de groserías.

La miré y no pude hacer nada. Solo podía estar a su lado mientras sentía su dolor.

¿Cuál es tu dolor? Puede ser físico o emocional. El dolor físico es individual e intransferible. El otro no puede sentirlo. Al ver el dolor de mi esposa, aunque quisiera, no podía sentir su dolor. Podía imaginar y simpatizar, pero dependía de ella soportar el dolor. Solo podía estar allí para brindarle ayuda física, si fuera necesario. El dolor emocional se puede compartir con un amigo, cónyuge, psicólogo u otra persona que esté dispuesta a escuchar, pero igualmente, el otro no lo puede sentir. Además, el dolor emocional no necesitaría existir porque es el resultado de una elección individual. A veces es un conflicto laboral o de amistad no resuelto lo que nos causa dolor. En otras ocasiones, sentimos dolor por una expectativa incumplida de una búsqueda personal o por una decepción con otra persona o con nosotros mismos. Asimismo, los desacuerdos con las personas que amamos nos lastiman y sentimos tanto dolor que parece estar en el cuerpo. Todo esto genera sufrimiento, aflicción, agonía y angustia individual, que en el ambiente organizacional se traduce en baja productividad y pérdida de competitividad; en el ámbito doméstico desemboca en riñas y disoluciones familiares; en las amistades aparecen malentendidos que culminan en enemistades. ¿Cuál es tu dolor emocional? En la Pascua aprendemos que la muerte de Jesús, su dolor y su sufrimiento fueron para redimir nuestros pecados, que es la ausencia de amor en nuestras acciones. Su sacrificio estaba destinado a aliviarnos de nuestro dolor para que pudiéramos vivir en amor y amar sin dolor. Sin embargo, somos humanos y en algún momento infligimos dolor emocional. Nuestras elecciones. Las ciencias del comportamiento atestiguan que no hay dolor emocional que no haya sido causado por uno mismo, sustentando el mensaje milenario de Cristo de amar al prójimo con uno mismo y evitar el dolor. Es una obviedad, porque sólo yo puedo sentir por mí mismo. Dolor o amor, no importa, es mi sentimiento.

El pie lesionado te generará dolor físico, ya no es tu elección. El dolor de pecho como resultado de las emociones es una elección. Por tanto, la Pascua es un período de resurrección en el que el dolor de la muerte de Jesús nos rescata por Amor. Entonces pregunto: ¿cuál es el significado de tu dolor? Suena a alboroto religioso o a la utopía de alguien que siempre quiere ver el lado bueno de la vida, sin embargo, creo que el dolor de Cristo es una invitación al amor humano. No le des más espacio al desamor que genera dolor. Finalmente, cristianos y no cristianos están invitados a practicar la resurrección de las relaciones profesionales y familiares basadas en el amor sin dolor. ¡En la Semana Santa, déjate rescatar por el AMOR!

Moacir Rauber

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